fallecido hoy a los 88 años, descubrió su vocación musical en la
adolescencia y luchó para triunfar también en el cine como
protagonista de una aventura de folclore ecuestre que lo
convirtió en uno de los personajes más famosos de su época.
Aguilar, típico artista mexicano de bigote poblado y sombrero
ancho, dejó de existir en un hospital del sur de Ciudad de
México a causa de una neumonía que le fue detectada hace dos
semanas.
El artista mexicano será velado hoy en la funeraria Gayosso
antes de ser trasladado a la Basílica de Nuestra Señora de
Guadalupe, donde se celebrará en su memoria una
misa-funeral de cuerpo presente.
Posteriormente el cadáver será trasladado a su tierra natal, el
estado de Zacatecas, centro de México, donde será incinerado.
Nacido el 17 de mayo de 1919, Aguilar fue un aprendiz de
cantante, un estudiante de aviación, empresario, actor y
productor y además dueño de un espectáculo ecuestre con el
que recorrió medio mundo.
Como la mayoría de los charros, Aguilar fue un amante de los
caballos, inseparables compañeros de sus películas y de su
vida, y de la música mexicana, en la cual destacó con una voz
que educó con profesores cuando descubrió sus aspiraciones
operísticas.
El espectáculo ecuestre fue su vida y en este campo estuvo
siempre acompañado de su esposa, la actriz y cantante
mexicana Flor Silvestre, y de sus hijos, Antonio y José, "Pepe"
Aguilar, también triunfador como cantante de música ranchera.
En su trayectoria de medio siglo, "Toño" Aguilar recreó en las
pantallas de todo el mundo la vida y obra de personajes
históricos mexicanos de la talla de Heraclio Bernal, Emiliano
Zapata, Felipe Carrillo Puerto, Gabino Barrera y Lucio Vázquez.
Aguilar, un mexicano de aspecto viril que fue el sueño de amor
de muchas mujeres de mediados del pasado siglo, participó en
unas 150 películas, en muchas de ellas tanto de actor como
productor, y grabó alrededor de 160 discos.
En su carrera musical tuvo una gran importancia su primer viaje
a Estados Unidos, donde realizó estudios de aviación al tiempo
que buscaba una oportunidad para cantar, aventura que terminó
con su deportación a Tijuana.
En esa ciudad fronteriza con San Diego (California) empezó sus
actuaciones y logró una pequeña fortuna que le permitió en la
capital mexicana adquirir un cabaré de moda, donde empezó a
actuar y que se convirtió en catapulta para iniciar su carrera
cinematográfica.
Su primera película "El casto Susano", fue en compañía de
Joaquín Pardavé, en 1952.
En aquella época también realizó un viaje a Venezuela, donde
descubrió que le aplaudían mucho más cuando cantaba
rancheras, por lo que decidió dejarse el traje de charro y no
quitárselo más.
Entre sus éxitos musicales están "Yo soy el aventurero", "Albur
de amor", "Copitas de mezcal", "El adolorido", "Paso del norte",
"Ya viene amaneciendo y por esa calle vive", "El Chubasco"
además de que cantó prácticamente todos los corridos
mexicanos de la época.
En el cine trabajó con primerísimas figuras del Séptimo Arte
como Pedro Infante, Emilio Fernández, Dolores del Río y María
Félix, y también con estrellas de Hollywood como John Wayne.
Entre sus películas más famosas destacan "Del seminario al
set" (1953), "La cama de piedra" (1957), "La cucaracha" (1958),
"Ahí vienen los Argumedo" (1961), "El ojo de vidrio" (1967),
"Simón Blanco" (1974), "Emiliano Zapata" (1970) y "Albur de
amor" (1979).
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